Antes de cumplir los 7 años, sin haber terminado de vivir mi infancia, tuve la oportunidad de visitar por primera vez el Valle de Cocora. Ignoraba ante tanta majestuosidad que casi 30 años después iba a tener la capacidad de analizar cual grandes son sus complicaciones y retos (C.V.J.).
Paramillo del Quindío y Nevado del Tolima
Para sustentar las palabras que dedicaré al cuidad del líquido vital me valdré del Plan de Manejo Subcuenca Río Quindío[1] formulado por la CRQ (Corporación Autónoma Regional del Quindío):
“…Allí el río ha depositado una apreciable cantidad de sedimentos que conforman una serie de aluviones que se extienden hasta las inmediaciones del puente de la carretera Salento-Armenia… a continuación el río encañona hasta el sitio donde se localiza la central hidroeléctrica El Bosque (cota 1200), todo este tramo es erosional y su cauce rectilíneo, actualmente produce una apreciable incisión vertical dejando taludes (paredes del valle) verticales a subverticales…”
“… En general, los suelos de la Subcuenca río Quindío presentan buenas características físicas y químicas que permiten clasificar su fertilidad de moderada a alta…”
“… En la zona de ladera los suelos en general son muy sobrepastoreados, presentan un grado de erosión desde moderado hasta muy severo. El manejo de los suelos de las partes altas en general es muy inapropiado…”
Que realidad tan poco alentadora!!!
El Río Quindío, recorre el departamento más pequeño de Colombia y alrededor de 7 municipios tienen interacción con éste a lo largo de sus 65.35 kilómetros. Junto con el río Barragán forman el río La Vieja que es afluente del Cauca. Teniendo este panorama general como elemento fundamental del vivir de esta cuenca, pretendo esbozar un horizonte sugerido, enfocado principalmente en la disponibilidad de agua en cantidad y calidad dentro de un contexto con características físico-bióticas, socioeconómicas y culturales que deben estar presentes en el individuo A, B, C, D o E, porque todos estamos cuenca bajo de un hermoso manantial que hay que cuidar, proteger y velar por su conservación y circunstancias de servicio ambiental, hasta elemento vital y sagrado. Algo que occidente lo ha llevado a un completo camuflaje, que pocos cuidan; muchos embotellan; por lo general nadie descontamina después de usar; algunos pagan tasas irrisorias; mínimamente se cumple con lo que se dicta por ley o cualquier otra norma; nos pertenece a todos, lo que concluye en que no le duele a casi nadie de la forma que debiera; y sin más, es más del 60% de nuestra composición corporal elemental.
Nace en el municipio de Salento[2], en el páramo del Quindío a 3,780 msnm y recibe diferentes afluentes provenientes de toda su área que está representada por un total de 26,890.69 ha, la cuales están distribuidas así: Salento (81.4%), Calarcá (12.7%) y Armenia (5.8%). Las características físicas dentro las cuales se desenvuelve su caudal son montaña, piedemonte y valle. Los usos a los cuales está sujeto son diversos pero los más significativos pudieran ser: cultivos de trucha, frutas, verduras, ganadería, turístico, reservas mineras, conservación, consumo para población, reservorios de material de construcción, soportan el saneamiento de más de 500.000 habitantes, hasta contribuye con la dilución de lixiviados y contaminantes de curtiembres y mataderos, irremovibles con los diseños, tecnologías, exigencias y control actuales, además de otros usos y abusos.
Con un dolor incesante en las rodillas, me osaba hacer el siguiente movimiento para avanzar y sentirme un paso más cerca de casa. Un buen baño con agua caliente y una sopita de verduras que energizara tanto agotamiento de mis últimos 4 días de travesía era en lo único que me podía concentrar. Parpadeé y de repente ya estaba fuera del bosque y la gota de agua arrebatada para refrescar el guargüero apenas si llevaba el 10 % del recorrido del río desde su nacimiento en el páramo. No fue sino hasta hoy, donde me senté a escribir de algo referente a esa zona cuyabra donde la cultura cafetera se estableció como eje de desarrollo y progresos de la ladera occidental de la majestuosa cordillera central, cuando analice que el resto del 90% del recorrido que impedí dar a aquella gota de agua brillaba por todo, menos por sus elementos fundamentales de cuidado y conservación, planteándose como una canal donde cada quien toma y desecha al son y ton de la productividad neo liberar, y el ambiente como un colchón infranqueable capaz de todo, donde la fragilidad del aleteo de las mariposas pareciera perderse y pasar por insignificante.
Como se mencionó anteriormente, este departamento es el más pequeño de la nación, pero esta cuenca puede ser de las más densamente pobladas. Las perspectivas de construcción de la ciudad capital (Armenia), superan en tres o cuatro veces periodos anteriores; las bocatomas de los municipios están lejos de contar con la protección forestal indicada para sus alrededores; además aguas arriba de ellas cada particular utiliza hasta el límite del perímetro que haya dejado el surco del río y el cuidado o pertinencia con que analiza el uso de estos espacios brilla por su ausencia, desde el transito libre de ganadería, hasta el cultivo y aplicación de agroquímicos, siendo el rendimiento de plantas y bovinos la única razón en cuestión, y no el bien común de las comunidades y los usos posteriores del vital líquido. Entonces aquella cota de “hasta de treinta metros de ancho”, del artículo 83 del decreto-ley 2811/1974 donde se define como bienes inalienables e imprescriptibles del Estado, salvo derechos adquiridos por particulares… Pues es el reflejo máximo del grave problema de gobernanza que tenemos. Por lo general ni un solo metro de estos expresados aquí han sido destinados a la protección, reforestación y cuidado de la cuenca que sugiere todo un panorama por mejorar, más lo revelado en este niño que nos corre el velo por completo acerca del cambio climático, como es algo con lo que debemos tener una mejor proyección y planificación conservacionista, parámetros que deberían ser los patrones para limitar la proyección económica demandante de recursos de esta zona.
Los municipios (acueducto, alcantarillado, saneamiento y demás secretarías inherentes), la gobernación y la CRQ serían los encargados y llamados a velar e incorporar una cultura ciudadana de cuidado, protección y valoración del agua como líquido vital del cual dependen nuestras vidas. Caminando la palabra, haciendo una reforestación y recuperación de las franjas paralelas de los ríos, reglamentando el uso y haciéndolo restrictivo para determinadas actividades (parte media y alta de la cuenca, a partir del puente de la carretera Salento-Armenia), generando zonas exclusivas de paso y bebederos cautos de contaminar para los diferentes animales, monitoreando la aplicación de agroquímicos, contabilizando la cantidad de turistas que acuden al municipio en general y medidas a tomar en fechas críticas de afluencia de gente. Plantearse una conversión futura de los actuales cultivos maderables que tiene en la zona y hacer un desmonte y reconversión a especies nativas, promoviendo corredores biológicos de conservación y magia natural.
Solo para hacer un ejercicio dejo un foto con los rines de «reportera» que demarca una zona vital en referencia con el RíoQuindío y la bocatoma del agua de la capital del Departamento… Quisiera invitarlos a contabilizar dentro de esa especie de cuadricula, qué % está destinada a conservación? Dejo el link con más fotos con referencia al agua y la Cuenca del Río Quindío.
La sociedad, como todo analítico de las 26,890.69 ha con que cuenta esta cuenca tiene que determinar y plantear el camino a recorrer en la adaptación a este planteamiento del recurso hídrico como eje fundamental de vida, al cual le tenemos que dar una nueva valoración tanto económica como cultural de manejo, cuidado, preservación y agradecimiento, aspectos en los cuales la nación seguramente ha tenido a los más grandes juristas para perfeccionar millones de artículos normativos con este enfoque, pero a lo cual nuestro sujeto social está lejos de ese buen trasegar. Tendríamos que empezar a responder a diversas preguntas: ¿Qué hay que tecnificar? ¿Cuánta de aquella franja vamos ceder? ¿Qué apoyo técnico se va a ofrecer para recuperar el área cedida siendo más eficiente? ¿Cómo vamos a platear el monitoreo y control de la gestión del recurso hídrico que se plantee? ¿Quiénes representarán a la comunidad? ¿Cuáles serán sus responsabilidades y las del colectivo humano y empresarial? ¿Habrá espacio para nueva vocación agrícola? ¿Cómo proyectar las concentraciones urbanas? ¿en cuántos fragmentos adicionales habría que analizarla?
[1]https://www.crq.gov.co/Documentos/POMCH/PLAN%20DE%20MANEJO%20SUBCUENCA%20RIO%20QUINDIO%202011,%20FINAL%20DIC.pdf
[2] Municipio padre del departamento cercano a los 174 años.
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