Las reservas de la biosfera tienen como objetivo el desarrollo equilibrado y perdurable del hombre y su entorno. En palabras de la UNESCO, “sirven para impulsar armónicamente la integración de las poblaciones y la naturaleza, a fin de promover un desarrollo sostenible mediante un diálogo participativo, el intercambio de conocimiento, la reducción de la pobreza, la mejora del bienestar, el respeto a los valores culturales y la capacidad de adaptación de la sociedad ante los cambios”.
Por su parte, las Declaraciones como Patrimonio Mundial y Patrimonio Inmaterial tienen por objeto la identificación y conservación de elementos del patrimonio de Valor Universal Excepcional y del Patrimonio Cultural Inmaterial, respectivamente.
No hay duda de que las declaraciones de Reserva de la Biosfera, Patrimonio Mundial y Patrimonio Cultural Inmaterial suelen estar vinculadas en mayor o menor medida a territorios de interés turístico, el cual se incrementa tras estas declaraciones. Este hecho, bien enfocado, puede suponer un beneficio para el bien a preservar, dado que el interés suscitado genera una fuente de ingresos aplicable a su conservación. Sin embargo, sin una planificación adecuada, el incremento en el uso turístico puede conllevar el deterioro o incluso la pérdida del valor que propició su Declaración.
De esta forma, la existencia de criterios y requisitos de desarrollo turístico se convierte en una herramienta básica para orientar adecuadamente la actividad, así como un cuerpo de indicadores que permita ejercer un control metódico y objetivo sobre el impacto derivado. Estos criterios e indicadores deben abarcar todas las esferas de la sostenibilidad, para que se consideren los impactos de tipo ambiental y paisajístico, aquellos asociados a elementos culturales y etnográficos, y también los relativos al desarrollo socio-económico.
Es tarea de los responsables en sostenibilidad y gestión de los citados elementos Reserva de la Biosfera, Patrimonio Mundial y Patrimonio Cultural Inmaterial, el instaurar estas medidas de observación y control para la conservación y correcta explotación de al riqueza humana y natural de nuestro planeta.
El Instituto de Turismo Responsable (ITR), desde su nacimiento, ha estado vinculado con la UNESCO, y su misión ha sido siempre la implementación práctica de los principios contenidos en la Carta Mundial de Turismo Sostenible. De hecho, ITR cuenta con un programa de certificación propio, reconocido mediante la marca BIOSPHERE (que en su versión para Hoteles ha sido PIONERO en ser RECONOCIDA por el Global Sustainable Tourism Council (GSTC), ÚNICO organismo mundial acreditador en Turismo Responsable, además del reciente reconocimiento de la certificación BIOSPHERE por el Turoperador Transat), mediante el que se orienta, controla y se da público reconocimiento a aquellos territorios y entidades que asumen los criterios y requisitos de sostenibilidad propuestos. Por: BIOSPHERE
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